Durante los cursos superiores se mantienen los sanos ritmos de la jornada lectiva que les acompañan desde pequeños aunque grandes cambios interiores acompañan los visibles cambios físicos y fisiológicos. A la creciente sensación de poder físico y a la efervescencia de la pujante sexualidad, se une una creciente búsqueda de independencia. El joven se aleja no sólo de las certezas que le proporcionaba el entorno familiar, sino también lo hace de todo lo que ha aprendido previamente. Todo será pasado por el filtro de su recién nacida facultad crítica.

Para acompañar todos estos cambios, el currículum introduce actividades cada vez más volcadas hacia el mundo exterior, como la carpintería, la agrimensura, la silvicultura o los proyectos prácticos individuales o grupales que los jóvenes quieran llevar a cabo.

Un día en un aula de Secundaria


8:10 h.

El maestro recibe a sus alumnos con un apretón de manos, mirando a los ojos y preguntando cómo se encuentra esa mañana. Este primer gesto permite crear una atmósfera de conexión y confianza entre el maestro y sus alumnos.

En el aula recitan el poema “Yo miro hacia el mundo…” que predispone a la observación y entendimiento del mundo que les rodea.

La parte rítmica de la secundaria se acompaña con actividades precisas y oportunas para la edad de cada curso, desarrollando fuerza y destreza, así como astucia y trabajo en equipo. Se finaliza la rítmica con actividades artísticas como cantar, recitar o tocar la flauta.

El resto de la clase principal se desarrolla incorporando, según el curso, los contenidos curriculares (química, matemáticas y geometría, física, ciencias naturales, historia, geografía y astronomía o lengua) ayudando a potenciar el sentido crítico y la belleza en los trabajos y cuadernos que prepararan los jóvenes.


11:00 h.

En el primer almuerzo, los alumnos toman los alimentos que son agradecidos en un clima de tranquilidad y plena consciencia. Después salen al exterior donde comienzan un tiempo de expansión para practicar deportes, jugar y socializar.

11:30 h.

Comienza el bloque de especialidades: música, talla, modelado y dibujo… Estas asignaturas contribuyen a los procesos de motricidad fina y complementan el desarrollo cerebral de los alumnos. El trabajo en estas asignaturas se relaciona con los contenidos académicos de la clase principal. También se imparten en este bloque inglés y valenciano. En la asignatura de ética a través de biografías de personajes o hechos históricos se introduce al alumno en el desarrollo de valores y sentido crítico de la vida.

13:00 h.

El segundo almuerzo, coincide con la hora de la comida. Un espacio para reponer fuerzas y salir brevemente al exterior con los compañeros para despejar la mente y afrontar con fuerza el último tramo de la mañana.

13:30-15:00 h.

Continúa el tiempo de las especialidades que normalmente coincide con alguna asignatura de carácter más físico como educación del movimiento, manuales y horticultura. Estas asignaturas relacionan casi de manera directa los contenidos enseñados en la clase principal. El día termina con un poema de despedida que el maestro escoge para la clase evocando la despedida, y el amor y cuidado por lo aprendido.