En esta etapa los niños están preparados para aprender cómo funciona el mundo. En las escuelas Waldorf las enseñanzas se presentan de forma artística e imaginativa, porque de esta forma interiorizan mucho mejor los conceptos. Los niños y las niñas están acompañados durante toda la primaria por el mismo maestro/a, lo que genera un conocimiento profundo de la personalidad de cada alumno/a, además de confianza, aprecio y respeto mutuo.

Un día en un aula de Primaria


8:30 h.

La llegada a la escuela y el encuentro con el maestro es uno de los momentos clave del día. Los niños se han cambiado los zapatos, como ya hacían en Infantil, un gesto que supone para ellos entrar a un lugar cercano, cálido, en el que sentirse como en su propio hogar, y al mismo tiempo como forma de respetar el espacio. El maestro saluda a cada uno de manera afectuosa permitiéndole conectar con sus alumnos y alumnas y saber cómo acompañarlos durante la mañana. 

La primera actividad del día es la parte rítmica. Nos situamos en una ronda y recitamos un poema que nos acompañará durante todo el curso. Ese momento permite el encuentro con los compañeros, dar los buenos días y posibilita el trabajo de contenidos de forma vivencial y dinámica (las tablas de multiplicar, el trabajo con sílabas…). Además, se cantan canciones que tienen que ver con el momento del año en que nos encontramos, lo que les ayuda a tener una vivencia rítmica muy gratificante. 

Después trabajamos las novedades. Se sientan y comparten cosas que les han pasado, un ejercicio que les permite trabajar la memoria, respetar el turno, practicar la escucha activa, perder el miedo a hablar en voz alta e integrarse en el grupo. 

Clase principal. Es el momento en que están más despiertos y preparados para recibir los contenidos de una manera viva. Se trabaja por periodos que tienen que ver con el momento evolutivo en que se encuentra cada grupo.

Matemáticas, lengua, historia, geografía, botánica, zoología, física, agricultura, construcción… En esta clase principal, el maestro muestra a través de la pizarra el contenido que quiere mostrar y se trabaja de una manera vivencial a través de diferentes materiales para que puedan tocarlos, dibujarlos, trabajarlos en equipo o individualmente. Cuando el aprendizaje está integrado el alumno lo plasma en su cuaderno. No usamos libros de texto, sino que los alumnos crean su propio material a través de ese trabajo. En cada uno de ellos, por tanto, se observan los matices y los temperamentos, cada uno imprime su estilo e individualidad. 


10:30 h.

La narración que cuenta el tutor acompaña a los niños en el momento evolutivo en que se encuentran. Estos relatos varían en función del curso (en primero se trabajan los cuentos de hadas, en segundo las fábulas, en tercero los personajes que han transformado la historia… ). Las narraciones les ayudan a encontrarse a sí mismos, trabajar emocionalmente, reconocerse a través de los personajes de las historias.

10:45 h.

El primer almuerzo. Tras un momento de expansión, en el que cada uno coloca su mantel, su botella de agua y su cajita con la comida, encendemos una vela, agradecemos el alimento que tenemos delante y comemos con tranquilidad, con plena consciencia. Es un momento de calma y concentración, al que le sigue otro de expansión, salir al exterior a jugar.

11:30 h.

Es el momento de las especialidades: música, manuales, horticultura, talla… Son asignaturas que ayudan a trabajar la motricidad fina, a no perder el gusto de trabajar con las manos, lo que tiene una conexión directa con el desarrollo cerebral. También se imparte en ese tiempo las asignaturas de inglés, valenciano y ética.

13:00 h.

Segundo almuerzo. A esa hora comen algo ligero para reponer fuerza (una pieza de fruta, unos frutos secos…) y salen a disfrutar de nuevo del exterior.

14:15 h.

El maestro comparte un poema y toda la clase prepara el aula para encontrarla recogida al día siguiente.