La pedagogía Waldorf basa el aprendizaje en la curiosidad innata que los niños y niñas tienen; mantener vivas esas ganas de saber más es uno de los objetivos principales de los maestros Waldorf, que siguen los contenidos marcados en el curriculum educativo que establece la Conselleria de Educación.
Pero, ¿cómo se logra? Hay varias ideas clave para conseguirlo. La primera, un aprendizaje vivencial, donde el objetivo no es sentarse en una silla para intentar asimilar todos los conceptos que los maestros les trasladan, sino que primero esos conocimientos se practican. Por ejemplo, una suma primero se hará con piedras, una fracción cortando un pedazo de pizza para cada alumno o una fórmula química experimentándose antes de aprenderla sobre el papel. Así, se consigue asimilar mejor los conceptos, en movimiento y de una forma práctica.
La importancia del asombro en la educación
Pero además, esto va unido a la capacidad de asombro que debe acompañar a la educación. Sin emoción no hay aprendizaje, eso lo tienen muy claro los maestros, y por este motivo el día a día es estimulante y lleno de sorpresas en la escuela Waldorf.
Otro de los conceptos clave en el aprendizaje es la importancia que se le da en la pedagogía Waldorf a la parte artística; ‘dedos ágiles, mentes ágiles’, y por ese motivo hay una parte importante de la actividad diaria en la escuela dedicada a las actividades manuales, lo que además estimula su creatividad y su sensibilidad, claves para el aprendizaje.
El objetivo de la escuela Waldorf es que mantengan de adultos la curiosidad y las ganas de aprender, además de educar a los niños y niñas en un propósito para llenar de contenido su vida. Asimismo, estimular su espíritu crítico para que se conviertan en seres humanos libres y con valores como el respeto a la naturaleza, la empatía o la ayuda a los demás.